Al trabajar con lash lifting o laminado, se manipula una materia viva: la pestaña. Su resistencia, flexibilidad o reacción a los productos químicos no son casualidad. Todo se decide a nivel microscópico: folículo, cutícula, glándulas… Son microestructuras que conviene conocer para lograr resultados profesionales, duraderos y sin daño.

1. Folículo piloso: el punto de partida

La pestaña nace en el folículo, una pequeña cavidad ubicada en la dermis. Es ahí donde todo comienza. Este nutre y protege el vello durante su crecimiento. En las pestañas, esta fase es mucho más corta que en el cabello.

• Papila dérmica: conectada a los vasos sanguíneos, alimenta el bulbo.
• Vainas epiteliales: guían el crecimiento del vello.
• Músculo erector: prácticamente ausente en esta zona, por eso no hay ""piel de gallina"" alrededor de los ojos.

Impacto en el lash lift: Calor excesivo o un pH mal equilibrado afectan directamente la raíz. Un producto demasiado agresivo puede penetrar el folículo y comprometer el crecimiento.

2. Glándulas sebáceas: las guardianas de la hidratación

Ubicadas en el borde del párpado, las glándulas de Meibomio producen una película lipídica que protege tanto el ojo como la pestaña.

• Hidratar: el sebo evita que la pestaña se reseque.
• Proteger: limita el desarrollo bacteriano.
• Estabilizar: contribuye a la correcta distribución de la película lagrimal.

Precauciones durante el tratamiento: Exceso de maquillaje o una rutina inadecuada después del procedimiento pueden obstruir estas glándulas. Resultado: orzuelos, irritaciones, caída prematura.

3. Cutícula: la capa externa protectora

Es la primera barrera contra los productos químicos. Formada por células de queratina en forma de escamas, recubre la pestaña como si fueran tejas en un tejado.

• Protege el córtex.
• Distribuye el sebo.
• Aporta brillo natural a la pestaña.

Riesgos: Una dosis inadecuada o un tiempo de exposición excesivo daña esta capa. Si la cutícula queda porosa, todo penetra: oxidantes, fijadores… Lo que provoca roturas, pérdida de elasticidad y resultados irregulares.

4. Córtex y médula: el núcleo

Debajo de la cutícula, el córtex concentra melanina y queratina. Es lo que determina la forma de la pestaña. Durante el lash lift, es esta capa la que se modifica.

La médula está ausente en pestañas delgadas. Cuando está presente, cumple una función aislante y mecánica.

Lo esencial: Si no hay médula, no pasa nada: el tratamiento sigue siendo efectivo. Pero si el córtex está dañado, no se recuperará por completo.

Pestaña vs Cabello: diferencias clave

Interpretar la anatomía para trabajar mejor

¿Pestañas gruesas? ¿Frágiles? Todo comienza con un buen diagnóstico. Estado del folículo, porosidad de la cutícula, nivel de lubricación… Todos estos factores guían el trabajo de la profesional.

Lash lift: precisión y prevención

Lograr una curva bonita, duradera y sin efectos secundarios requiere precisión. Adaptar los productos, respetar los tiempos, enjuagar correctamente… y sobre todo, conocer la estructura de base.

Antes de aplicar los pads o abrir los tubos, se debe evaluar:

• La estructura de la pestaña.
• Su estado general.
• Signos visibles de fragilidad.

Luego se ajusta:

• El pH y la potencia de las fórmulas.
• El tiempo de exposición según el grosor.
• Los cuidados posteriores (queratina, nutrición…).

Y lo más importante: educar a la clienta. Nada de frotar, nada de desmaquillante graso, higiene impecable.

Lo esencial

La anatomía de la pestaña es una base sólida para toda profesional que desea trabajar con precisión, seguridad y calidad.

Una pestaña respetada da como resultado una mirada impactante y clientas que regresan.

Amplíe sus conocimientos con nuestra guía sobre el ciclo vital de las pestañas.